sábado, 20 de diciembre de 2014

El Pontarron - Castro Urdiales

Vamos a ir terminando el año y completamos otra de las rutas que teníamos dibujadas.

El punto de salida lo tenemos en el Pontarron, donde disponemos de un amplio aparcamiento para podernos equipar.

Dejando a nuestra izquierda el Rio Aguera, comenzamos a pedalear por un precioso paseo hasta llegar a Rioseco, donde va a comenzar la dura ascensión.

Un pequeño bosque de robles nos recibe en Landiruela, para empezar a compaginar rampas bestiales, con pequeños llaneos que nos permiten recuperar un poco de aire. Curva izquierda, curva derecha y nos plantamos en los 320 metros de actitud.

No se consigue divisar nuestro "techo" de ruta  ya que la niebla nos impide verlo.

Seguimos ascendiendo poco a poco. Pasamos por Los Casares, Linares, hasta pasar por la proximidades del pico Cerredo (640 m) que es el punto mas alto de nuestra ruta.

La niebla nos ha ido acompañando durante la ultima parte de la ascensión y nos impide ver el resto de lo que nos rodea. Ahora toca "cuesta abajo".

El descenso es largo y agradable hasta que tomamos el desvío de la Ermita del Sagrado Corazon, desde podemos divisar todo Castro Urdiales.
Sagrado Corazon

Una pequeña parada para meter algo al cuerpo y seguimos.

Callejeamos por Castro hasta su espigón y hacemos una pequeña ascensión a su iglesia. En este momento el cielo se empieza a cerrar y cae una ligera lluvia que mas adelante será algo mas intensa.

Oimos el romper de las olas contra las rocas y al asomarnos vemos la impresionante fuerza de la naturaleza.

Desde Castro Urdiales, cogemos camino por toda la costa hacia Arenillas, pasando por Allendelagua, Cerdigo, El pendió. 

Una vez en Arenillas nos acercamos hasta "las Mazas", donde la cercanía del mar y las fuerzas de las olas nos deja ver un pequeño Geiser entre las rocas.

Ya estamos cerca de nuestro punto de partida. Una ultima foto con el Monte Candina de fondo y regresamos por la Carretera Nacional (no hay otra forma) hasta nuestro punto de salida.
Monte Candina


RUTA diferente a las demás, por las inclemencias del tiempo, pero agradable.