Día ideal para dar unas pedaladas,
pues amanece con buen tiempo, así que sin pensármelo dos veces
llamo a mi compi Javi y......... ¿donde vamos?. Pues he pensado que
por la zona de Sejos – Palombera. Vale, quedamos allí.
Dejamos el coche un poco mas arriba de
la venta de Tajahierro y nos preparamos para una día ideal. El coger
la pista en este punto tiene la desventaja de que no hemos podido dar
ni una pedalada sin que sea cuesta arriba, pero nos lo tomamos con
tranquilidad y vamos cogiendo ritmo. Altitud aproximada unos 1200
metros.
Vamos dejando algunos picos a nuestra
izquierda como el Alto de la pedraja y seguimos subiendo, 1300, 1400
metros. Las vistas son impresionantes pues estamos viendo casi todo
el valle de cabuerniga.
Seguimos subiendo y ¡sorpresa! Nos
encontramos con un “nevero” que nos obliga a “pisar nieve”.
Nos lo tomamos con humor pues al principio habíamos comentado esta
posibilidad.
Pasado “ruberdiajo” ya vemos “la
canal del infierno” que vamos a ir dejando a nuestra derecha. Una
cosas es segura y es que ahora me explico por que le han puesto ese
nombre.
Seguimos ascendiendo y por fin llegamos
a “los culeros”. Un refugio nos invita a descansar un poco, coger
algo de fuerza y decidir si seguimos hacia la caseta del campanario o
no. En ese momento ya empiezan a aparecer unas nubes que nos hacen
dudar y si le añadimos que nos sabemos a ciencia cierta por donde va
la pista (problemas con la nieve), decidimos cerrar el circuito y
bajar hasta el alto de Palombera.
De “los culeros” subimos hasta el
alto de Rumaceo, con bastantes complicaciones pues la nieve empieza a
ser mas abundante.
Intentamos llegar a la pista que nos va
a devolver al puerto de palombera, pero parece que por esta parte del
Collado ha caído mas nieve todavía pues hay puntos que nos hundimos
hasta la rodilla. Las risas que nos echamos al principio con eso de
“igual pisamos nieve” ahora nos levantan el animo y nos lo
tomamos con humor, y comentamos que en vez de las bicis teníamos
que haber traído las raquetas. (quien iba a pensar que en plenos mes
de mayo hubiese tal cantidad de nieve).
Para colmo de males, se nos empieza a
echar la niebla encima. Es lo que tiene la montaña, que pasas en un
momento de un día soleado a estar en verdaderos apuros. Aunque hace
unos años, esto de la niebla hubiese sido un problema, hoy en día
con el uso del GPS, lo dejamos en un mal menor y el único problema
es que no vemos el paisaje.
La pista es una autentica trialera,
pero por lo menos ya hemos dejado los neveros atrás. Cuatro corzos
que están pastando nos miran y con cara de extrañeza seguro que
piensan que donde van este par de “colgaos”.
Así seguimos descendiendo y por fin
tras dejar atrás “la cotorra” y “sel de felipe”, llegamos a
la carretera.
La niebla sigue tan espesa como antes y
encima empiezan a caer cuatro gotas. Menos mal que la lluvia nos ha
respetado durante toda la jornada. Y para poner el punto final a esta
“hermosa” jornada , justo cuando estamos cargando las bicis
empieza a caer una “chaparrada” de miedo.
Aventuras aparte, la
ruta es
recomendable 100 x 100, pero con menos nieve. (jejeje)